-Il est malade.
-Oui, c'est la fatigue.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Os animo a no leer esta entrada..



Y en su lugar cojáis una novela de Boubacar Boris Diop. O de Mongo Beti, o de Mia Couto, poco importa. 

Este post podéis dejarlo aquí. 
Porque esto no va a ser más que otra mirada europea, la visión externa, más o menos experta pero siempre extranjera que podéis encontrar en cualquier librería analizando el intríngulis de la cosmogonía africana. Y vosotros me diréis que qué maja la propuesta, como si fuese tarea fácil encontrar obras traducidas al castellano de autores del continente vecino. No lo es. Un continente entero apenas representado por algun tomo en los estantes de cualquier librería barcelonesa, obviados 54 países y entre 1500 y 2000 lenguas, en función de la fuente.

 La excusa sempiterna: si el bagage cultural africano se basa en la oralidad, por qué preocuparnos por su precaria vertiente escrita, opción que ya tenemos harto solucionada con los autores europeos que escriben sobre el continente negro?  


Parad aquí, insisto. Olvidaos de este blog y lanzaos a devorar los libros de Amadou Hampaté Bâ , leamos su autobiografía en dos tomos relato vivo de la dominación francesa en el antiguo Sudán, actuales Senegal y Mali, los entresijos de la administración colonial de la que formó parte el mismo autor entre otras facetas suyas, todas plasmadas en sus didácticos y entretenidos relatos: viajante, etnólogo, docente, contador de historias y aglutinador de la tradición del pueblo peul.

Leamos a Fatou Diome y su En un lugar del Atlántico, o a Ismaïla Samba Traoré en Retours au Mali  para compartir las vivencias, penurias, anhelos y satisfacciones de los emigrantes africanos en búsqueda del paraíso europeo. Y así escucharemos la voz del chico serere o de la mujer soninké, nos explicará por qué decide emprender una aventura que puede acabar con su vida, qué papel tiene su familia en el proyecto, por qué repite cuatro veces la intentona a pesar de ser acusado de delincuente, expulsado y criminalizado..

Leamos la poesía de Sony Labou Tansi y de Léopold Sedar Senghor y se nos olvidarán las trilladas y enmoscadas imágenes del imaginario africano. Belleza negra y de pelo crespo..

Leamos las investigaciones de Cheikh Anta Diop en su famoso estudio Naciones negras y cultura y preparémonos a descubrir una nueva y sorpresiva visión de los orígenes de la Historia del hombre. 

Leamos las novelas de Cheikh Hamidou Kane, Mariama Bâ, Makan Diabaté, y pasémoslo teta y lloremos y pártamonos de risa con las desventuras de sus protas.

Ya, peliagudo el tema de encontrar a estos autores africanos traducidos al castellano,  y ya no te digo si se te ocurre buscar en cualquier biblioteca pública. La difusión, el número de editoriales que puedan publicar libros de autores africanos es directamente proporcional al peso del pasado colonial que une ese país europeo con uno o varios del continente negro. Así pues, ninguna dificultad en encontrar en francés obras de autores senegaleses, malienses, algerinos;  y en Londres, bastará pasearse por barrios con mayoría de población de orígen africanos como Dalston o Brixton para toparnos de bruces con las obras de un Nyominka, un Krumah, un Achebe.

Los españoles en su época nos dedicamos a ocupar otros continentes, y África se la repartieron a gusto las potencias europeas reinantes en el siglo XIX


A todo ello hay que tener en cuenta que nos referimos indistintamente a traducciones o a libros editados en la lengua original. Uno de los grandes debates generador de controversia en el medio intelectual africano es la elección de expresarse y escribir en francés, portugués, inglés, escogiendo la lengua oficial impuesta por el dominador, y asegurarse un mínimo público lector. Escribir en las lenguas nacionales vernáculas es una apuesta arriesgada y en cierto modo suicida, teniendo en cuenta la alta proporcion de analfabetismo de los potenciales lectores y la escasa industria editorial que hace que los pocos libros editados presenten precios inabordables para el ciudadano medio. Todo ello hace que la mayoría de escritores se hayan decantado por expresarse en la lengua oficial establecida por el excolonizador. 

Hay excepciones, cuya producción está realizada en todo o en parte en lengua materna, frecuentemente traducida a posteriori por el mismo autor a la lengua oficial :  Boubacar Boris Diop o Cheikh Aliou Ndao en wolof, Bayla Kulibaly en pulaar..   


En España poco a poco se van abriendo puertas a la poco rentable y necesaria tarea de la edición, traducción y distribución de obras de escritores africanos. Gente emprendedora y valiente que nos dan armas para forjarnos una seria opinión holística, completa y matizada de nuestro entorno, nos ayudan en ese primer paso que es ensamblar todos los elementos,  recabar el punto de vista del conjunto de los protagonistas y no sólo de los vencedores para, a partir de ahí, poder empezar el verdadero análisis individual y contruir una interpretación fidedigna y menos parcial de la realidad social.
Citamos algunos de esos locos tenaces: Oozebap Casa ÁfricaEl Aleph Editores,  y en la distribución llibreria La ploma, en Barcelona.


« Tant que les lions n’auront pas leurs propres historiens, les histoires de chasse continueront de glorifier le chasseur. »
Proverbe africain

Mientras los leones no tengan sus propios contadores de historias, los relatos de caza continuarán glorificando al cazador.